martes, 14 de octubre de 2008

YA TODOS SABEN QUE VOS SOS UN CARADURA… ¡PERO NO CREÍAMOS QUE TANTO! - Evidencias Octubre

Leímos con asombro la enfurecida carta abierta del Dr. Ángel Rozas al actual gobernador Jorge Capitanich, y lo primero que pensamos es que en sus breves viajes a nuestro país, el ex gobernador habría perdido contacto con la realidad chaqueña. Sino, creemos, no habría tenido el tupé de reclamar a otros (más allá de que lo que reclama sea cierto o no, no viene al caso) lo que no puso en práctica él, o el ex gobernador aliancista Roy Nikich.
¿Hablamos de “caza de brujas”? Cómo se podría llamar la marginación sistemática, la persecución aún a riesgo de la integridad física, que sufrimos todos aquellos que no nos identificábamos con la Alianza, o que nos fuimos alejando a medida que su gobierno se parecía más y más a los de Hitler y Mussolini? Sino, ¿cómo se podría calificar a un intendente que enfrenta un justo reclamo salarial de los empleados municipales indigentes armando a sus seguidores con palos y gomeras, repartidos junto con colchones enviados por el gobierno nacional para ser entregados en una inundación que no se produjo nunca? ¿Y que después, por la radio municipal, confesó que les hubiera querido pegar un tiro en el corazón? Dr. Rozas, nos gustaría que escuche los archivos de audio, están a su disposición.
¿Hablamos de discriminación hacia personas humildes y discapacitados? Nuestro pueblo- Misión Nueva Pompeya- está gobernado por tercer período consecutivo por un intendente cuyo prontuario el Dr. Rozas no desconoce, pero que a pesar de ello el ex gobernador manifestó identificarse “totalmente con sus políticas y actitudes”(sic.) Podríamos mencionarle casos de discriminación verdaderamente aberrantes, como es la marginación de los planes de vivienda de la Sra. María Yayis, discapacitada, de la etnia wichí. O bien el de Reina Molina, cuya hija padece una grave discapacidad progresiva (síndrome de Reye). Ambas viven en chozas inhumanas, mientras los allegados y adulones del intendente Vicente González han accedido a viviendas aún sin necesitarlas, por lo que actualmente están alquiladas o fueron vendidas.
¿Discriminación en los puestos de trabajo? En los últimos12 años los únicos que accedieron a ellos en nuestra localidad fueron los afiliados a la Alianza, principalmente los parientes de González. Por no hablar de la discriminación en la ayuda social (Aipo y otros) incluso a personas en extrema necesidad, como el aborigen Nicolás García, padre de 10 hijos- el último nacido desnutrido- que se cansó de pedir trabajo en el hospital local, y mientras contrataban a otros, la concejal aliancista (por tercer período consecutivo) Limbania Albornoz le decía que su pobreza era debido a que García (pastor evangélico) era un… ¡pecador!
El Dr. Rozas dice que “no le gustaron nunca las injusticias”… entonces, ¿cómo calificaríamos al atropello contra la Dra. Lotero? ¿Cómo podríamos calificar los innumerables atropellos cometidos durante cada elección, donde se encerró a las personas en corrales de animales, o en el Centro del Menor, o se las detuvo con falsas acusaciones con el ofrecimiento de liberarlas si accedían al voto- como en el Martín Fierro? Todo eso para conseguirle al Dr. Rozas sus votos, que a pesar de todas las presiones y el dinero utilizado en comprarlos en efectivo, o en materiales de construcción y alimentos, no fueron suficientes para alcanzar la gobernación. En el capítulo de injusticias, realmente no es Dr. Rozas ni la Alianza quienes pueden tirar la primera piedra… Dejar la provincia sobresaliendo con los peores indicadores sociales ha sido la injusticia más grande, y de su exclusiva responsabilidad y debería por lo menos darles un poco de vergüenza...
¿Y cuando la oficina del Sr. Matkovich fue convertida en una sala de torturas (con la luz prendida las 24 horas, ver Archipiélago GULAG) de 12 indígenas tobas, en huelga de hambre para llamar la atención de la gravísima situación (genocidio silencioso) en la que se encontraba su pueblo?
Y la última sorpresa es cuando el Dr. Rozas dice “defender sin claudicar a los productores”… ¿a qué productores? ¿A los que el gobierno de la Alianza les quitó la tierra, para dárselos a los amigos del poder? ¿A los que fueron calificados como “intrusos” en la tierra que los vio nacer? ¿A los que tuvieron que irse del campo, para engrosar los cinturones de miseria de Resistencia, Rosario o Buenos Aires?
Los reclamos del Dr. Rozas resultan verdaderamente grotescos para los que somos testigos de los muchos sufrimientos producidos por el gobierno de la Alianza. Lo menos que podríamos esperar es un poco más de humildad de su parte.

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