TODOS SOMOS HONDURAS

El pasado 28 de julio hizo un mes del golpe de estado en Honduras. Muchos actores políticos se mostraban sorprendidos que a esta altura de la historia se repitieran tales hechos, más bien emparentados con el siglo pasado. En realidad no debe sorprendernos puesto que los intereses capitalistas son los mismos que hace unos cuantos años atrás. Durante años las luchas populares más bien estuvieron acalladas, amordazadas, primero por el genocidio en los años 70 en toda Latinoamérica (Argentina, Paraguay, Chile, Brasil, Uruguay, Bolivia), cometido por el terrorismo de Estado, apoyados siempre por E.E.U.U.

Desde fines de los 90 en toda Latinoamérica comenzaron a surgir líderes políticos con aristas progresistas (que buscan el mejoramiento de las condiciones de vida de la mayoría de la sociedad). A pesar de sus contradicciones ellos tomaron medidas que mejoraron o pretenden mejorar la distribución de la riqueza, situación que a los capitalistas los pone en acción, dispuestos a usar cualquier medio para cuidar sus privilegios(como la famosa “Mesa de enlace” que representa a los sectores ricos del campo argentino). En este sentido debemos entender la destitución del gobierno democrático de Honduras, el Presidente Manuel Zelaya, que -aun perteneciendo a la derecha liberal de su país- por solo tomar unas pocas medidas que favorecieran la distribución del ingreso, como aumentar el salario mínimo, o para mejorar la participación activa de la población en el proceso democrático (convocando a una encuesta popular no vinculante), bastó para que los señores capitalistas de la derecha, se apropiaran de las instituciones para realizar un golpe de Estado. Ahora bien, en estos últimos años no es el único caso de golpe de Estado, hubo otros intentos frustrados, como en el 2002 en Venezuela, 2008 en Bolivia. Donde claramente los poderosos, acompañados por una parte de los militares, intentaron deponer a los gobiernos electos por el pueblo.

En otros países con gobiernos de matices progresistas como Argentina, Paraguay, Ecuador, no hubo un intento de golpe de Estado mediante las fuerzas armadas, pero los dueños del poder utilizan otros medios para desestabilizar a los gobiernos, como la cuestión económica, o instalando en los grandes medios de comunicación temas en forma demagógica y en muchos casos contradictorias con sus intereses no declarados. . . Como ciudadanos debemos estar alerta y más que nunca desarrollar una conciencia política crítica si queremos profundizar un sistema democrático que realmente nos sirva no solo para ir a votar sino también para mejorar la calidad de vida de los grandes sectores des-protegidos. (H.C.)